IV Edición: Recursos energéticos & mineros

¿Dónde te encuentras y a dónde quieres llegar?

¿Vives estresado y agobiado, echándole la culpa a tu entorno de todo lo que te sucede? ¿Estás pendiente de lo urgente y no de lo importante? ¿No sabes por dónde comenzar y menos cuándo terminar? ¡Llegó el momento que definas qué quieres hacer!

La ley del punto “A” y del punto “B” Todos estamos en un punto “A” y queremos ir a un punto “B”. Ciertamente existen algunas personas que creen estar seguras de saber dónde se encuentran pero al decir verdad no tienen ni la menor idea, y otros van por la vida como un barco a la deriva dependiendo a las circunstancias y esto invariablemente proporcionará un resultado. Si el resultado es promedio o excelente mucho dependerá del grado de certeza que tengas al respecto. Muchas personas andan por la vida como si esto no fuera importante. Los puedes ver en la calle. Gente que sueña con prosperar y obtener mucho éxito, que se mueve como quien merece lo mejor de la vida pero inconscientemente por tener ciertos hábitos promedio, una actitud egoísta, una predisposición ante los cambios y una mentalidad errática a causa de sus creencias infundadas por las tradiciones, sus resultados suelen ser promedio. Viven estresados y agobiados, echándole la culpa al entorno de todo lo que le sucede, en fin, pendiente de lo urgente y no de lo importante. No saben por dónde comenzar y menos saben cuándo terminar. Cuando las personas son así se frustran constantemente y sienten que todo empieza a apestar: el trabajo, las amistades, la familia, la pareja y la vida en general. Todo se vuelve un desagüe y con el pasar del tiempo las cosas van empeorando a un punto en que contamina todo lo que encuentra a su paso, dando pie a la insatisfacción personal. Aunque no sepas cuál es tu punto “A” y tu punto “B” todos los días te levantas, te aseas y sales a trabajar con ganas de que ese punto “B” te llame por teléfono, te toque la puerta o se asome a través de la ventana de tu oficina diciéndote: “Aquí estoy, ven por mí, seamos felices y vivamos por siempre” o peor aún, piensas que te va a decir: “Aquí estoy, voy por ti para que seamos felices y vivamos por siempre”. Pese a que no conoces ese punto “B” sueles buscarlo casi que de manera automática. Una persona que no sabe dónde está y para dónde va es como una roca que se deja llevar por las olas del mar. Si te encuentras en esta posición “detente tan pronto como puedas” y revisa dónde te encuentras y hacia dónde quieres llegar. No te permitas vivir en esa posición tan carente de significado, comienza a definir quién eres, dónde te encuentras y hacia dónde quieres llegar. Define quién eres y con qué te identificas. Conocer quién eres te ubica y te identifica en tiempo y espacio, de allí tus gustos, preferencias, actitudes y resultados. Por ejemplo, cuando una persona decide convertirse en un emprendedor, este comienza a indagar sobre emprendimiento, a aprender sobre emprendimiento y a poner en práctica consciente o inconscientemente todo lo aprendido, hasta que sus resultados lo convierten en uno de ellos. Su filosofía de vida cambia, sus gustos cambian, su manera de hablar o de saludar también cambia, sus visiones y su forma de pensar cambian y sus resultados también cambian, y con el tiempo las personas comienzan a darse cuenta de que ya no es la misma persona, pues ahora es un emprendedor. De igual manera sucede contigo. Cuando te identificas con alguna persona, grupo de amigos o con algún movimiento, comienzas a adoptar actitudes parecidas y por ende tus resultados. Define dónde te encuentras. Es muy revelador que sepas dónde te encuentras en este momento. Examinar cada área de tu vida (Financiera, personal, familiar, profesional, social) para entender qué cosas vienes haciendo bien y qué cosas vienes haciendo no tan bien, así como también reconocer tus fortalezas y tus debilidades en cada área, te ayudará a accionar de forma coherente y sabia, de modo que puedas lograr los resultados que quieres para tu vida. En la medida en que te des cuenta de que lo que tienes no es lo que quieres, necesitarás aplicar algunos cambios que te permitan garantizar tu calidad de vida y la de los tuyos. Seguramente tendrás que dejar de hacer algunas cosas para implementar otras, también tendrás que reducir algunas cosas para aumentar otras o tendrás que tomar algunas cosas y soltar otras, pero si realmente quieres cambiar tu vida y lograr resultados de excelencia tendrás que asumir el desafío y soportar todo lo que conlleva dichos cambios. Define hacia dónde quieres llegar. Cuando tienes bien definido tu situación actual y tu situación deseada encontrarás varias opciones para llegar a tu destino. Unos caminos serán más rápidos que otros y de seguro que muchos tendrán ciertos obstáculos que generaran retrasos, pero de igual forma te llevarán al destino. Una manera fácil de entender dónde te encuentras y hacia dónde quieres llegar es desarrollando tres cosas fundamentales: VISIÓN: Cuando tienes una visión clara sabrás para dónde ir. Recuerda que una visión borrosa dará resultados borrosos. Pregúntate ¿Qué te apasiona? ¿Qué quieres lograr? ¿Cómo quieres ser recordado? ¿Al final de la vida, cómo sabrás que tuviste éxito? ¡Esto te ayudará! ENFOQUE: Siempre estamos enfocados en algo, solo que algunos se enfocan en el problema y otros en la solución. Cuando estás enfocado tu mente comienza a trabajar en función a la creatividad, a la resolución de problemas y a la productividad. Cuando estamos enamorados nos enfocamos en la parte bonita de la historia, pero cuando estamos decepcionados nos enfocamos en la parte fea. No pierdas tu capacidad de manifestar amor en todo lo que haces. ACCIÓN: De nada sirve tener una visión y un enfoque claro sino te pones en acción. Ponte en acción y atrévete a lograr lo nunca logrado… Siempre será tu decisión.

¿Dónde te encuentras y a dónde quieres llegar?