IV Edición: Recursos energéticos & mineros

Las energías renovables en la agenda dominicana de Sostenibilidad

El mensaje esencial está centrado en que no podemos seguir produciendo bienes y servicios de la manera que lo hemos estado haciendo, que debemos armonizar el crecimiento económico con una mejora en las condiciones de vida de todos los seres humanos, no solo los de segmentos privilegiados, así promoviendo por todos los medios que el modelo de generación de desarrollo esté enfocado en proteger el medio ambiente, haciéndolo resiliente a los efectos del cambio climático.

En el caso de la República Dominicana, tenemos una base normativa sustentada en la Constitución y Ley de Estrategia Nacional de Desarrollo, así como de políticas públicas que nos obligan a propiciar un entorno favorable para hacer frente a los desafíos que nos plantea la agenda de desarrollo sostenible. En ese sentido, el objetivo de desarrollo sostenible número 7 (ODS7) nos obliga a garantizar el acceso a una energía asequible, fiable, sostenible y moderna para todos; para lo cual el sector de las energías renovables es la clave para lograrlo.

Datos de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) indican que la participación de energías renovables en el sector eléctrico a nivel nacional asciende solo al 11,5% de la generación eléctrica total. Esto se conforma de un 9% de energía hidroeléctrica, 1,5% de energía eólica, de 1% de bioenergía y de energía solar fotovoltaica solo el 0.1%.

En los últimos cuatro años se ha posicionado en nuestro País con gran fuerza el término de sostenibilidad

La hoja de ruta (REmap) de la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA) destaca el potencial de la República Dominicana para aumentar la cuota de generación de energías renovables hasta un 44% en 2030, basándose esencialmente en energía solar fotovoltaica (FV), energía eólica y bioenergía.

En el sector de las energías renovables el Estado dominicano aspira a que, para el año 2025, el 25% de la energía total que se consuma en la Nación sea a través de fuentes renovables, y así se comprometió con promulgación de la Ley 57-07 Sobre Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía y sus Regímenes Especiales y su Reglamento de Aplicación.

En ese sentido es necesario desmontar cualquier limitación o freno injustificado al desarrollo de las energías renovables. No es conherente ni responsable seguir aspirando a porcentajes o cuotas de generación y consumo cuando, la evidencia nos muestra que la energía renovable es más barata, accesible y nos asegura la sostenibilidad de nuestro planeta para esta y las futuras generaciones.

¡La energía renovable es clave en la agenda dominicana de sostenibilidad!

Una de las grandes áreas de oportunidad que tenemos como País para incrementar significativamente el uso de las energías limpias es la promoción y facilitación del autoconsumo energético renovable en hogares y empresas de la República Dominicana, sin los establecimientos de cuotas o porcentajes para la conexión de sistemas renovables en los circuitos de distribución.

El límite del 15 % a la autoproducción es injustificado y es un contrasentido que nos hace menos competitivos como país y frena nuestro desarrollo. Existen estudios donde apuestan a un porcentaje de penetración de hasta un 75%, cómo lo indican estudios internacionales realizados con el apoyo de la cooperación alemana (GIZ), y ese debe ser nuestro norte si vamos a apostar a un crecimiento sostenible y responsable, con equidad de beneficios para todos los ciudadanos. 

Garantizar la seguridad y diversificación de la matriz energética es uno de los motores de nuestro desarrollo. Una efectiva transición energética, como lo están haciendo todos los paises, nos pondría a la vanguardia en el fomento de la inversión extranjera y estaríamos a su vez teniendo un impacto muy importante en los indicadores de cumplimiento sobre las metas a las que República Dominicana se comprometió con los Objetivos de Desarrollo Sostenible y en el Acuerdo de París, donde nos compromete a seguir una dirección hacia el abandono de una economía basada en combustibles fósiles y el avance de forma decidida hacia la instauración de un modelo energético basado en energías renovables.

El tiempo de acción es ahora y está en manos de todos y todas poner esta transición energética en marcha.