IV Edición: Recursos energéticos & mineros

Banco Mundial: Crecimiento o inflación, el difícil balance de America Latina y el Caribe

Se espera que este año América Latina y el Caribe vuelvan a crecer tras sufrir una contracción del PIB significativa de -1,3 por ciento en 2016. Sin embargo, con un entorno global que sigue siendo neutral para el crecimiento en la región, los gestores de políticas tendrán que hilar delgado a fin de aumentar el crecimiento al tiempo de garantizar protección a los más vulnerables.

En su último informe semestral, “Entre la espada y la pared: La encrucijada de la política monetaria en América Latina y el Caribe”, la Oficina del Economista Jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe explora el potencial de la política monetaria para apoyar el crecimiento, sin arriesgar difíciles logros obtenidos en la batalla contra la inflación.

Para América Latina y el Caribe, los analistas de mercado pronostican un crecimiento del PIB del 1.2 por ciento para el 2017 y del 2.3 por ciento para el 2018. La recuperación estará liderada por un repunte en Argentina y Brasil. Se espera que Argentina crezca un 2.8 por ciento en 2017 y un 3,0 por ciento 2018. Brasil se espera que crezca un 0.7 por ciento en 2017 y 2.3 en 2018, tras contraerse por dos años consecutivos. México probablemente seguirá creciendo por encima del 2 por ciento en 2017 y 2018, mientras que el crecimiento en Centroamérica y el Caribe deberá mantenerse cerca del 4 por ciento tanto en 2017 como en 2018.

“Sin un rol determinante por parte de los motores externos de crecimiento, tales como los altos precios de commodities, la región tendrá que depender de sus propias fuentes de crecimiento”, afirmó Carlos Végh, economista jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe. “Reformas en los mercados de trabajo y en la educación y aumentos en inversión en infraestructura, serán clave, así como abordar la situación fiscal”.

El informe revela que 28 de los 32 países de la región mostrarán un saldo fiscal global negativo en 2017. Las tasas de deuda promedio se calcula que se situarán en 58.7 por ciento del PIB, con seis países con tasas superiores al 80 por ciento. Finalmente, la reciente serie de desastres naturales en la región sólo aumentará las presiones fiscales existentes debido a las significativas pérdidas.

“Si bien es cierto que los países de la región todavía necesitan hacer ajustes fiscales para adaptarse a la nueva realidad tras la bonanza de los commodities, muchos países tienen razón en hacerlo gradualmente y así evitar una nueva recesión”, dijo Végh. “Esto naturalmente tiende a poner más de la carga sobre la política monetaria para ayudar a reactivar la economía”.

El informe identifica un dilema crítico de política monetaria que enfrentan los países de América Latina y el Caribe. Los países industrializados pueden reducir las tasas de interés para estimular la economía sin preocuparse por la depreciación de la moneda, el aumento de la inflación o la inestabilidad macroeconómica. En cambio, esta política monetaria contracíclica no es una opción tan fácil en la región. Prueba de ello es que varios países de América del Sur siguen siendo procíclicos. Si bien aumentar las tasas de interés en malos tiempos ayuda a prevenir la depreciación de la moneda y mantener la inflación bajo control, en última instancia, también debilita la economía.

¿Cómo pueden los mercados emergentes como los de América Latina resolver esta encrucijada fundamental de la política monetaria? La respuesta, según el informe, es tener independencia del banco central, bajos niveles de dolarización y credibilidad en los mercados. Esta es una situación que toma tiempo, pero que ya permite que países como Chile adopten políticas monetarias contracíclicas durante los períodos de recesión económica sin el temor de potencialmente empeorar las cosas para los más vulnerables.

El informe también señala que otros instrumentos financieros, como la reducción de los requisitos de reservas legales para estimular la economía en malos tiempos, han demostrado ser útiles en países todavía procíclicos. Estas medidas pueden ayudarles a responder de forma contracíclica a una desaceleración.

Fuente

El Dinero