La demanda de gas licuado de petróleo (GLP) crece cada vez más en Ecuador y el aumento del precio de la gasolina Súper ha puesto mayor presión del sector automotor, por lo que a nivel nacional se trabaja para aumentar la producción del hidrocarburo gaseoso y depender menos de las importaciones.

Actualmente, el país produce menos del 20 por ciento del GLP que consume, el porcentaje restante se cubre con compras procedentes en su mayoría de México, Venezuela, Panamá, Estados Unidos, Argentina, Perú y Nigeria.

Según cifras del Banco Central del Ecuador, en junio de este año la importación de este producto fue de algo más de un millón de barriles, a un costo de 67,4 millones de dólares. Mientras que la producción de gas licuado de petróleo fue de 146,8 miles de barriles.

Este año, Petroecuador abrió un concurso público para atraer a compañías privadas que quieran invertir en la industrialización y utilización productiva del gas asociado que se quema en los 350 mecheros ubicados en la Amazonía, que -de acuerdo con estimaciones del Banco Mundial- podría generar para el país aproximadamente 142 millones de dólares anuales.

El Ministerio de Energía y Recursos No Renovables afirma que la apertura de inversiones ha generado una gran expectativa y hasta agosto ya había 15 empresas inscritas para el proceso.

La directora del Departamento de Ciencias Químicas y Ambientales de la Facultad de Ciencias Naturales y Matemáticas (FCNM) de la ESPOL, Yris González, explica que el Ecuador ha afrontado el reto de incrementar su producción, a través de la recuperación del gas natural que se quema y expandiendo la refinería Esmeraldas de media a alta conversión, con el fin de incrementar productos de valor agregado como GLP, gasolina y diésel.

“Ecuador se enfrenta a los desafíos asociados a capturar la inversión extranjera requerida, a través de beneficios económicos atractivos, seguridad jurídica y personal, así como condiciones de estabilidad política; velar por proyectos rentables y responsables del medio ambiente; y socializar dichos proyectos con las comunidades cercanas a las zonas de desarrollo, para hacerlos partícipes de ellos”, manifiesta.

Su colega el analista del Laboratorio de Hidrocarburos, Tyrone Alcívar, coincide con ella y afirma que levantar la prohibición para invertir en infraestructura de GLP es positiva, pues permitirá una mayor participación de inversionistas extranjeros y por ende cubrir la demanda interna del producto.

“La producción de las empresas envasadoras está directamente relacionada con la producción del GLP como derivado de petróleo por parte de EP Petroecuador; por lo tanto, dependerá del desarrollo de los proyectos mencionados”, afirma.

Un ejemplo de esto ya se evidencia en el caso de Duragas Abastible, filial del Grupo Copec de Chile, que firmó un contrato de inversión con el Estado por 50 millones de dólares, para ampliar su capacidad instalada de almacenamiento, envasado y comercialización del producto.

El gerente general de Duragas Abastible, Jaime Solórzano, cuenta que a inicios de este año se obtuvo la factibilidad por parte de la Agencia de Regulación y Control para construir una nueva planta de almacenamiento y envasado en la provincia del Guayas, la cual se prevé estará en funcionamiento en los primeros meses del 2024 y atenderá aproximadamente el 40 por ciento de la demanda nacional.

“Esta planta será construida con los más altos estándares internacionales operativos y de seguridad, generando mayores eficiencias en nuestros procesos y mejorando el nivel de servicio a nuestros clientes. El monto de esta inversión asciende a 20 millones de dólares, lo cual implicará un incremento al contrato de inversión suscrito con el Estado ecuatoriano”, manifiesta.

En el 2021, la compañía comercializó 521.000 toneladas de GLP a nivel nacional, cubriendo el 39,8 por ciento de la demanda del país. De esta venta, el 88 por ciento se destinó al segmento doméstico, el 11 por ciento al comercial, industrial y agroindustrial, un uno por ciento se dirigió al sector vehicular a través de estaciones de servicio.

Duragas Abastible ha invertido en mejores prácticas internacionales y en modernizar sus instalaciones para fortalecer la seguridad de los procesos de despacho y suministro.

Actualmente, mantiene la certificación de Gestión Ambiental con base en la Norma Internacional ISO 14001 y obtuvo la Certificación Internacional de Carbono Neutralidad Organizacional para todos sus centros de trabajo, convirtiéndose en la primera empresa del sector de GLP en el país en tenerla.

Solórzano señala que para la implementación de estos proyectos se invirtió el año pasado 7,4 millones de dólares. “El 60 por ciento correspondió a inversiones de crecimiento de nuestra capacidad operativa y de distribución, mientras que el 40 por ciento restante estuvo asociado a fortalecer la operación”, detalla.

Además, la empresa trabaja en la ampliación de la cobertura del gas de uso vehicular, a través de la apertura de nuevas estaciones de servicio, a fin de atender la demanda de los taxistas, un mercado que a decir del directivo se ha ido ampliando por los beneficios que otorga el gas en cuanto a incremento de autonomía, ahorro en combustible y reducción considerable de emisiones de CO2 a la atmósfera.

A finales del 2021 la empresa suscribió un contrato de inversión con el Estado en el que se comprometió a ejecutar inversiones por cerca de 50,4 millones de dólares en los próximos 10 años.