IV Edición: Recursos energéticos & mineros

Santo Domingo tendrá sed hasta que haga una presa en el río Haina

La escasez y el desabastecimiento de agua potable en los hogares del espacio geográfico que cubre la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) se debe a que, producto de la sequía, la dependencia oficial capta cada vez un menor volumen del líquido.

En enero distribuía a la población 410.6 millones de galones diarios, pero la cifra desciende cada mes hasta situarse en 357.2 millones de galones en agosto, equivalente a 53.4 millones de galones diarios por debajo del caudal servido a principio de año, una disminución relativa de un 13% para un servicio que de por sí presenta la precariedad de que no se ofrece de manera permanente a la población.

Aunque las lluvias de los últimos días traen algo de aliento a la población, el día 1 de este mes de septiembre la CAASD sirvió a la población 353.5 millones de galones de agua potable y para el día 17, antes de los últimos aguaceros que aminoraron un poco la sequía, 307.4 millones.

El director de operaciones de la CAASD, Luis Salcedo, sostiene que parte de la solución al problema de abastecimiento que afecta al Gran Santo Domingo pasa, obligatoriamente, por la construcción de una presa sobre el río Haina, en donde se mantiene una toma directa.

El sistema Haina-Manoguayabo aportó entre enero y agosto a la CAASD un promedio de 53.4 millones de galones diarios, según los datos de la entidad estatal.

“Necesitamos hacer a nuestros acueductos menos vulnerables”, dice, al referirse al proyecto que en estos momentos tendría un costo de US$400 millones y que, además de la presa que se ubicaría cerca del Dique de Ochoa, incluiría una planta potabilizadora, las tuberías que incluso llevarían un metro cúbico por segundo al municipio Santo Domingo Norte. “Ese proyecto solucionaría el problema del agua del Gran Santo Domingo por los próximos 25 o 30 años”, resalta.

Se trata de un proyecto similar al que República Dominicana discutió de manera amplia en 1982 y que buscaba levantar una presa en Madrigal con un préstamo de US$150 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

“Luego de 37 años, donde se tenía proyectada la presa de Madrigal hay muchos asentamientos humanos y hemos modificado el punto de captación sobre el río Haina, a fin de que la obra pueda construirse con afectaciones mínimas, eso garantizaría al Gran Santo Domingo 6 metros cúbicos por segundo por gravedad”.

Documentos oficiales del Ministerio de Hacienda citan el proyecto denominado “Ampliación de la Captación de Agua Río Haina” hace ya siete años, como una de las iniciativas de la gestión de Danilo Medina pendiente de un financiamiento exterior de más de US$172.7 millones. Para entonces, planteaba que tendría un costo de RD$7,185.9 millones, de los que se incluirían en el Presupuesto Nacional de 2013 un total de RD$300 millones, para desembolsar en futuros años RD$6,885.9 millones.

La sequía impacta

Mientras los planes del Gobierno para asegurar las aguas del río Haina para los capitaleños duermen, la sequía afecta a la población. “La sequía de este momento se siente desde octubre de 2018, antes tuvimos una en 2013-2016 que se prolongó casi por tres años”, dice Salcedo.

La actual sequía afecta el caudal del acueducto Valdesia que entre enero y agosto de este año aportó al Gran Santo Domingo un promedio de 135 millones de galones de agua diarios.

El agua que se turbina en el complejo Jigüey-Aguacate es utilizada por el acueducto de Valdesia que suple en estos momentos el 37% del agua que recibe el Gran Santo Domingo.

“Jigüey está hoy (20 septiembre 2019) en la cota 505.9. Eso es el nivel de un punto referido al nivel medio del mar. La máxima es la 541 cuando la presa está llena, es decir, tenemos una diferencia de 36 metros en altura; eso es una torre como de 13 niveles”, dice el Director de Operaciones de la CAASD.

“Si esas dos presas estuvieran llenas, tuviésemos 20 millones de galones más, que es lo que ha disminuido el acueducto Valdesia”, explica. “Valdesia está aportando 5.68 metros cúbicos por segundo y en condiciones normales produce 6.50 y 6.60”, dice.

Aunque los niveles de la presas podrían mejorar con los últimos aguaceros, la directora de la Oficina Nacional de Meteorología (Onamet), Gloria Ceballos, insiste en que la población debe hacer un uso racionalizado del agua porque todavía República Dominicana no puede proclamar que se terminó la sequía.

“Hay que esperar hasta finales de este mes de septiembre para tener un criterio claro de si terminó la sequía.

Ya se registraron acumulados significativos en el litoral caribeño. Las lluvias en San Juan, Azua y Barahona podrían beneficiar las presas que están en esas provincias que se han visto muy afectadas”, dice.

Ceballos adelanta que las expectativas son de que va a seguir lloviendo. “Los modelos a mediano plazo, indican que los meses de octubre y noviembre van a estar o dentro de lo normal o por encima de lo normal con relación a los acumulados de lluvias. O sea, hay buenas expectativas, pero no para dar el grito de emoción de que ya terminó la sequía.

Al problema de la disminución de las lluvias también se suma el inconveniente de que muchas de las cuencas altas y bajas de los ríos de República Dominicana se encuentran impactadas por la deforestación, con lo cual disminuyeron su capacidad de retención e infiltración paulatina de las lluvias.


Al igual que la directora de la Onamet, Olgo Fernández, del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos (Indrhi), muestra optimismo sobre el buen augurio de las lluvias que ya se sintieron en el entorno del Gran Santo Domingo. Sostiene que la presa Jiguey tiene agua para garantizar el suministro al consumo humano hasta diciembre próximo. “En Santo Domingo el problema no es por la presa, es por las tomas directas, Valdesia aporta 6.5 metros cúbicos por segundo y se mantiene, es el mayor volumen que recibe la CAASD”, dice.

Sostiene que aunque la CAASD viene insistiendo en un mayor control del agua que va al canal Marco A. Cabral, el Indrhi tiene que mantener un volumen en su caudal porque, además de la agricultura, sirve a 17 acueductos comunitarios de la región Sur.

El funcionario reconoce que la presa de Jigüey está sedimentada en un 26% de su capacidad, pero ese ya es otro tema”. “Todos los usuarios tienen que colaborar porque el Indrhi no tiene suficiente dinero para intervenirla y en el momento que se vaya a acometer el proyecto el Gobierno debe suplir los fondos”, advierte.

Pero, tal como insiste Salcedo, la falta de un marco regulatorio y de una ley de agua hace que las entidades encargadas de suministrar el líquido apliquen tarifas bajas y disímiles. “La CAASD cobra seis pesos por cada metro cúbico de agua que sirve a la ciudadanía. Un metro cúbico son 264 galones, es decir, unos 5 tanques de 55 galones”, dice.

El funcionario se queja, además, de que pese al bajo precio de la tarifa, solo el 27% de la población que recibe el agua paga por el servicio.

Costo del agua

La CAASD asegura que brinda servicio a un área del Distrito Nacional y la provincia Santo Domingo (exceptuando a Boca Chica) habitada por 3,694,312 personas, conforme a las últimas estimaciones de la Oficina Nacional de Estadística (ONE). Cita a la encuesta Enhogar-2016 para sostener que la cobertura de agua potable por fácil acceso (dentro y fuera de la vivienda más llave pública) ronda el 95.3%, unos 3,520,679 habitantes.

Sonya Roa, moradora del Residencial Alta Vista, ubicado en el kilómetro 14 de la autopista Duarte, explica que compra un camión de agua cada 15 días. Dice que la CAASD empezó a instalar un pozo tubular para suplir del líquido a su sector, pero después que hizo la perforación, colocó el tubo y construyó una pequeña caseta, abandonó el proyecto por varios años aunque siempre, cuando la Junta de Vecinos se acerca a la institución, revive la promesa de que lo retomará, como sucede en los últimos días.

La CAASD cobra a los hogares del sector una tarifa de RD$162 al mes (con un alegado subsidio de RD$370). Las familias que compran agua, además de pagar a la entidad oficial, deben desembolsar RD$1,400 por el servicio privado de un camión cisterna de 2,500 galones.

Fuente

El Dinero