En ese sentido, la organización política exigió, previo a las elecciones municipales de febrero del próximo año, la JCE realice una auditoría forense a los equipos de voto electrónico, haga una revisión del padrón de electores y que, además de presentar la Cédula de Identidad y Electoral en la mesa de votación, los votantes depositen sus huella dactilares.

Luis Miguel De Camps, presidente del PRSD y Juan Estévez, secretario general, afirmaron que lo más conveniente para el sistema de partido del país es usar el voto electrónico, argumentando que “volver a la boleta física es aumentar los niveles de inseguridad del escrutinio”.

Pidieron, además, que las autoridades electorales se abstengan de iniciar el conteo de votos mientras haya sufragantes en los colegios de votación.

Solicitaron, también, que la JCE garantice que la Policía Electoral actúe para impedir el proselitismo y la compra de votos en los centros de votación, así como la aplicación de sanciones ejemplarizadoras para quienes incurran en ambos delitos.

De Camps y Estévez consideran que las medidas sugeridas garantizarían la limpieza del proceso de comicial y la credibilidad de los votantes en la JCE.

Manifestaron que el método de colocación de las huellas dactilares evitaría que miles de personas puedan votar sin presentarse a las mesas electorales, solo enviando sus cédulas.

“Sería el método más eficaz para evitar la compra y venta del voto usando la Cédula de Identidad y Electoral”, precisaron los dirigentes del PRSD.

“Estamos exigiendo seguridad para ese proceso”, manifestaron, tras señalar que la auditoría del padrón evitaría los duplicados de cédulas y que una persona pueda votar dos veces.

Consideraron, además, que mediante el uso del sistema automatizado sería más fácil el uso del voto preferencial en las elecciones municipales.