Así lo establece la “Décima encuesta global de gestión de riesgos a instituciones financieras”, presentada este jueves por la firma EY Financial Services, que agrega que los bancos deberán satisfacer las demandas emergentes de los clientes para ofrecer ofertas personalizadas y a largo plazo.

De acuerdo al estudio, las organizaciones financieras gastan un promedio del 3.1% de sus ingresos anuales para combatir el crimen financiero. Asimismo, estima que han perdido en volumen de negocios US$1.45 billones como resultado de crímenes financieros, lo que representa un 3.5% de sus ingresos totales.

Leonidas Rey, gerente de la firma, explicó que las nuevas formas de realizar operaciones bancarias están creando retos importantes para las instituciones financieras, tanto a nivel de riesgo y control.

“Ahora una operación se puede hacer de forma global, en tiempo real, desde cualquier parte del mundo. Eso está creando retos, no solo en el tema de seguridad o ciberseguridad de esas operaciones, sino que adicionalmente hay elementos importantes de prevención de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo”, aseguró Rey.

La encuesta destaca que el 47% de las grandes organizaciones ha sido víctima de un crimen financiero en los últimos 12 meses.

Los riesgos cibernéticos se han convertido en una mayor preocupación para los bancos de América Latina y el Caribe en los últimos tres años y los gerentes de riesgo se concentran cada vez más en cuestiones regulatorias y de riesgo relacionadas con la tecnología, según recoge la investigación.

“Los grandes volúmenes de información que están manejando las operaciones financieras se considera un reto para saber cómo esos datos convertirlos en informaciones para las tomas de decisiones y utilizarlas para hacer o crear más negocios, pero sobre todo para controlar los riesgos”, declaró el ejecutivo de EY Financial Services.

Leonidas Rey habló en el marco del seminario “La gestión de riesgos en tiempos de transformación financiera”, celebrado en el hotel Intercontinental, en Santo Domingo.