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Líderes de Brasil y México atraen hostil criticismo por su débil respuesta ante el coronavirus

São Paulo, Río de Janeiro y Brasilia se unieron en protestas el miércoles por la noche cuando millones de ciudadanos golpearon ollas y sartenes, desde ventanas y balcones, y encendieron y apagaron sus luces, gritando “fuera Bolsonaro” para protestar en contra del relajado manejo de la pandemia por parte del presidente Jair Bolsonaro.

El Sr. Bolsonaro provocó enojo al describir la reacción al virus como “histeria”, y el domingo pasado saludó a los admiradores con abrazos y apretones de manos fuera del palacio presidencial. Se suponía que el líder brasileño estuviera en cuarentena ya que 17 miembros de su delegación dieron positivo en la prueba de Covid-19 después de un reciente viaje a Florida para reunirse con Donald Trump.

Brasil tenía 428 casos confirmados de la enfermedad hasta el miércoles por la noche, el número más alto en Latinoamérica, con cuatro muertes. Los funcionarios de salud anticipan que el virus se propagará ampliamente durante los próximos días, pero el gobierno nacional no ha impuesto cierres, aunque algunos estados y alcaldes han tomado medidas.

La pandemia afectó al continente relativamente tarde. La primera infección por coronavirus sólo se confirmó el 25 de febrero en Brasil, y la primera muerte fue el 7 de marzo en Argentina, aunque la falta de pruebas hace que los datos sean inciertos. La atención médica en la región varía ampliamente.

 

“Los sistemas de salud latinoamericanos son desiguales y bastante débiles”, dijo Shannon O’Neil, la investigadora principal en Estudios de Latinoamérica del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés) en Nueva York. “Más riqueza generalmente significa una mejor atención médica y, con el coronavirus, las divergencias y disparidades en la calidad de la atención se volverán más evidentes”.

Al igual que el Sr. Bolsonaro, Andrés Manuel López Obrador, el líder populista de izquierda de México, ha sido criticado por minimizar los riesgos del coronavirus. El Sr. López Obrador publicó un vídeo en Twitter de él abrazando y dándoles besos a sus partidarios durante una visita al estado de Guerrero el domingo bajo el titular: “La gente en la Costa Chica está entusiasmada, alborotada y feliz”.

En una extraordinaria disputa diplomática esta semana, Nayib Bukele, el presidente de El Salvador, acusó a México de ser irresponsable. “Le ruego que tome medidas drásticas y contundentes ante esta pandemia. México es un país muy grande y así debería ser su responsabilidad. De lo contrario, en 20 días el epicentro de la pandemia no será Europa sino Norteamérica”, tuiteó el Sr. Bukele.

La Sra. O’Neil en el CFR describió la actitud de México y de Brasil ante la pandemia, hasta ahora, como “indiferente”, y dijo que el comportamiento del Sr. López Obrador compartía su despectiva visión de las protestas feministas a principios de este mes. “Si no es su asunto o su área de interés, él lo descarta”, dijo la Sra. O’Neil. El martes, el Sr. López Obrador fue captado por la cámara evitando usar el desinfectante de manos cuando ingresó a su conferencia de prensa diaria.

México ha reportado 118 casos confirmados de coronavirus, pero Jimena Blanco, la directora de investigación encargada de las Américas de la consultora de riesgo Verisk Maplecroft, indicó que esto pudiera ser una subestimación debido al débil sistema médico del país, a la limitada respuesta ante la crisis y a la falta de llevar a cabo pruebas.

Chile está particularmente expuesto debido a los estrechos vínculos comerciales con China. Chile ha reportado 238 casos del virus y ha declarado un estado de excepción, enviando tropas a las calles. Colombia también ha anunciado un estado de emergencia, y numerosos países latinoamericanos — incluyendo Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, El Salvador y Perú — han cerrado sus fronteras para tratar de controlar la propagación del virus. Los expertos han cuestionado la utilidad de tales medidas.

“No tiene sentido que Guatemala y El Salvador prohíban los vuelos cuando su problema son los flujos de personas que cruzan la frontera ilegalmente”, dijo Christopher Sabatini, el investigador principal en asuntos de Latinoamérica de Chatham House en Londres.

Perú ha tomado algunas de las medidas más drásticas de la región, con el presidente Martín Vizcarra declarando un estado de emergencia el 15 de marzo y ordenando a los peruanos que se queden en sus casas. El país también ha anunciado medidas para ayudar a los más pobres durante la crisis, un subsidio único de 380 soles (US$106) para comprar alimentos y medicinas.

“La implementación de programas de ayuda social para apoyar el mantenimiento del distanciamiento social será requerida en toda la región”, explicó la Sra. Blanco, de Verisk Maplecroft.

Venezuela, el cual está sufriendo una seria crisis humanitaria exacerbada por las sanciones impuestas por EEUU, es el país peor equipado de Latinoamérica para lidiar con una pandemia, según el Índice de Seguridad Sanitaria Global. En un extraordinario cambio de estrategia, el presidente socialista Nicolás Maduro le pidió al Fondo Monetario Internacional (FMI), una organización de la cual él había intentado previamente salirse, US$5 mil millones para combatir el virus. Su petición fue rápidamente rechazada.

Venezuela tiene 33 casos confirmados hasta el momento y el gobierno ha impuesto una cuarentena a nivel nacional. El personal de los hospitales se ha quejado de que carece de máscaras quirúrgicas y, en algunos casos, incluso de jabón y de agua limpia para enfrentar la pandemia.

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