Iban Campo, Director General de LLYC en la República Dominicana, afirmó que, en la nueva normalidad, la reputación sigue siendo la clave para la gestión exitosa de los negocios y de las instituciones. Su declaración se produjo durante la presentación virtual que realizó en la IX Conferencia Iberoamericana de Continuidad del Negocio, Gestión de Crisis y Resiliencia Organizacional, celebrada del 11 al 13 de noviembre, a la que asistieron participantes de diversos países de América Latina y el Caribe y que fue organizada por DRJe, medio líder mundial en información sobre continuidad de negocio.
Campo habló de un panorama en el que ya se acepta que la pandemia ha cambiado el mundo y que todos, de una forma u otra, hemos asimilado que las cosas no van a volver a ser como de antes. “Pensábamos que esta situación iba a durar tres meses y muchos ya llevamos más de ocho en modalidad de trabajo remoto y manteniendo lo más que podemos el distanciamiento social para evitar contagiarnos de COVID-19”, dijo el ejecutivo de LLYC.
Tras afirmar que empresas e instituciones siguen trabajando en un ambiente de incertidumbre, el especialista en temas de reputación planteó algunos de los desafíos que dicha situación ha generado. “La salud y las medidas sanitarias son prioridad uno. Hay empresas que han tenido que llevar a cabo ejercicios de reestructuración. La gestión del talento se ha vuelto un asunto sumamente trascendental. Los líderes quieren participar en los debates y elaboración de nuevas normativas que les van a afectar. Los modelos de relacionamiento se han vuelto primordialmente digitales y los directivos de las empresas y las autoridades están entendiendo que deben asumir nuevos roles”.
Iban Campo explicó que esos desafíos existen porque existen las expectativas. “Y las expectativas están directamente relacionadas con la reputación, puesto que en la medida que sean más o menos satisfechas se generará una mejor o peor reputación, y las empresas e instituciones con mejor reputación son exitosas, ofrecen mejores resultados y son más sostenibles”, afirmó el ejecutivo.
Campo explicó que se puede gestionar la reputación tomando en cuenta cinco factores: imagen, credibilidad, transparencia, integridad y contribución. “La imagen nos habla del aspecto que ofrecemos. La credibilidad se centra en la experiencia que ofrecemos con nuestros productos y servicios. La transparencia se basa en la cantidad y calidad de información que proveemos. La integridad se corresponde con nuestro comportamiento corporativo y la contribución tiene que ver con el impacto que somos capaces de generar en los entornos en los que nos desenvolvemos”.
Al referirse a esos cinco factores, Iban Campo destacó que la credibilidad, la transparencia y la integridad conforman el “triángulo de la confianza”, tan necesaria en estos días en los que la recuperación de las economías se ha vuelto tan prioritaria.
“De cara a la gestión de la reputación, recomendaría que pensaran en escuchar de manera sostenida a sus comunidades de interés, para conocer sus expectativas. Eso les permitirá definir una estrategia para luego conformar un plan de trabajo”, explicó el directivo local de LLYC. “Es importante, además, que mapeen sus riesgos porque eso les permitirá anticiparse en la gestión para evitar crisis. Y, por último, no dejen de escuchar. Les ayudará a conocer el efecto de sus acciones y a corregir lo que vean que no está dando resultado”.