En el país hace falta la visión de crear infraestructuras verdes con el objetivo de consolidar una cultura que fomente la siembra, y garantizar así el futuro de las venideras generaciones.

El Centro de Innovación Atabey promueve la economía circular, un modelo destinado a apoyar la baja emisión de carbono y el uso eficiente de los recursos naturales.

Al conversar con Listín Diario, el presidente de la organización, Domingo Contreras, consideró que superar los desafíos existentes mejoraría la calidad de vida de los entornos urbanos.

Según Contreras, la nueva generación tiene una oportunidad colaborando con la transformación de la basura a una industria de residuos sólidos, que no abarca solo el tema del reciclaje, sino también la educación, la artesanía, los robots y una serie de piezas que ellos pueden desarrollar para dar respuestas a este reto nacional.

La economía circular es un nuevo concepto para República Dominicana, pero ya se están iniciando los debates al respecto. “Ella se relaciona con mirar los productos y los procesos desde el diseño”, aclara Contreras, comentando que lo que se quiere fomentar es la reducción de materiales que se requieren para su creación.

Por eso, antes los productos eran empacados en una caja de cartón que cubría toda su superficie. La tendencia actual es probar qué tanto se puede producir un envase solo con una lámina arriba y otra abajo.

“Esto es sumamente importante para fortalecer nuestra estructura productiva, y poder responder a los retos que tenemos”, indica Contreras.

Destaca que la industria circular se está planteando que en vez de que las personas compren una lavadora y sean las propietarias de ella, la empresa que las fabrica siga siendo la dueña de modo que cuando la diseñe, piense que volverá a recuperar ese producto después de un tiempo de uso y sustituir algunas piezas.

“El peso de poder desechar permanentemente nos está desafiando en muchos sentidos. En la construcción hay muchos desperdicios, pero ya estamos viendo que los bloques se están construyendo de otra manera y que comienza a haber reciclaje de todo el material que se va desperdiciando para reusarlo”, señala Contreras.

Explica que la buena noticia es que ya se está estudiando la manera de cambiar el modelo económico, por lo que se busca la forma para que las escuelas enseñen sobre los niveles productivos, pues esta es una nación que vive del medio ambiente “y por lo tanto, su futuro estará fundamentado en la capacidad que tenga de proteger nuestra naturaleza”.

Educación

Contreras recomienda que se creen fincas ecológicas de 1,000 tareas de tierra para potenciar las rutas ecoturísticas en un mismo lugar, donde se eduque sobre la producción de café, cacao, entre otros productos dominicanos. Así, no sólo se intensificaría el turismo local.

“Pero igual puede ir un grupo de estudiantes a hacer las 60 horas, que siembren, tengan un guía explicándoles y hasta cocinen cerca de un río. Esto sería una experiencia inolvidable para los jóvenes dominicanos”, argumenta.

Valorizar el plástico

Atabey tiene una serie de iniciativas que están dirigidas a la reducción del plástico, porque este es una realidad en la logística productiva nacional.

“Lo que queremos es generar diseños de plásticos que sean recuperables y una cadena de mayor criterio para sacarle provecho”, sustenta Contreras.

Iniciativa premiada

Los Premios Atabey del Centro de Innovación Atabey reconocieron en 2017 a “Litros de luz”, una iniciativa de jóvenes alemanes que tomaron una placa solar con una pila y lo convirtieron en un foco que denominaron “el inversor de los pobres”. Del invento que aprovecha los rayos del sol, se están beneficiando los residentes de comunidades como Los Cacaos en San Cristóbal.

¿Qué necesita RD?

El representante de Atabey precisa que hace falta un cuerpo de genetistas que estudien cada vez los fenómenos que atacan las plantillas y permitan ver cómo se crean nuevas variedades resistentes dentro de nuestra dinámica investigativa.

PARQUES ECOLÓGICOS DEL PAÍS

Las autoridades del país deben encaminarse hacia estructuras que tengan un sentido de protección ambiental, como los parques ecológicos urbanos.

“Un parque ecológico es mucho más que un pulmón. Es un centro educativo a cielo abierto, es un lugar de recreación y encuentro y un espacio para respirar aire puro”, valoriza Contreras.

Sostiene que República Dominicana es una sociedad que tiende cada vez a ser más urbana y menos rural, por lo que esos espacios deben ser impulsados en todas las provincias del país. Estos son siete parques ecológicos dominicanos:

1. Jardín Botánico Nacional Dr. Rafael M. Moscoso.
2. Parque Central de Santiago. 
3. Parque Mirador Norte.
4. Parque Mirador Sur.
5. Parque de la Vieja Barquita.
6. Parque Ecológico Las Lagunas.
7. Parque Nacional Los Tres Ojos.