La educación inicial es una inversión que se revierte en un gran beneficio social

La educadora considera que tenemos una gran oportunidad de formar seres humanos sensibles a su entorno, empáticos con el ambiente y solidarios con su prójimo desde la edad temprana.

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Yolanda Borrás ha dedicado su vida profesional a la educación para niños de edad temprana y a la gestión empresarial educativa. Considera que su misión es impactar al mundo a través de la educación y las experiencias musicales de calidad.

Desde muy temprana edad ha estado muy relacionadas con la educación. “Creo que jugué a ser maestra desde muy pequeña. Era algo que disfrutaba y que me tomaba muy en serio. Recuerdo tener de frente a mis primos, ellos sentados en sillas pequeñas y yo, al frente, presentándome como su maestra. Debía tener ocho años o menos, pero ya mi corazón sabía cuál era mi vocación. Más tarde, en mi adolescencia, comencé a dar clases de piano a mis sobrinas. Ya estaba dando rienda a mis dos pasiones: la docencia y la música”, recuerda Yolanda.

Además, cuenta que fue voluntaria en un orfanato donde ayudaba a los niños con sus tareas y les enseñaba inglés. Cuando se graduó de la escuela secundaria y la universidad, se dedicó formalmente a impartir clases en entornos escolares de los distintos países donde le tocó vivir. Luego, en 1999, inició su propia empresa, I’m Bilingual! Languages Through Music, un programa innovador de artes integradas para niños de edad temprana en la ciudad de Nueva York. El programa les ofrecía clases de música y lenguaje en siete idiomas.

“Fue el primer programa en ofrecer clases de música en siete idiomas para bebés y niños en edad preescolar en la ciudad de Nueva York. Hoy, nos especializamos en crear libros, vídeos, talleres y material de apoyo para educadores. Haciendo presentaciones e impartiendo talleres para docentes también tengo la oportunidad de seguir haciendo lo que me apasiona”, señala.

Hoy, sus productos ayudan a respaldar la adquisición de idiomas a través de la música durante la primera infancia. Su colección de música infantil y libros de canción ilustrada han recibido 14 galardones internacionales, entre los que se destacan Family Choice, International Latino Book, Mom’sChoice,Parents’Choice,PurpleDragonflyAwards yTillywig Toy Awards. Los libros de canción ilustrada en esta colección incluyen Los Pajaritos, La Finca, Los Pollitos y Pimpón. Además, ofrece una guía del docente para la colección de música. En 2018, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Dominicana la reconoció como dominicana destacada de la comunidad emigrante de ese país.

Durante la pandemia, Yolanda adaptó su programa para ofrecer clases en vivo a través de las redes sociales y plataformas virtuales, e integró marionetas para mantener la atención de los niños y sus familias. Sus marionetas se han convertido en los protagonistas de los vídeos educativos de I’m Bilingual!. Este periodo significó una nueva oportunidad para presentar su programa de enseñanza a comunidades de habla hispana a través de la Biblioteca Pública de Nueva York.

 

En su opinión, ¿Cuál es la importancia de la educación inicial para el desarrollo sostenible?

El desarrollo sostenible incluye, como uno de sus componentes esenciales, el desarrollo de la persona humana, su entorno comunitario y su cultura, con el objetivo de que podamos gozar de calidad de vida y un acceso equitativo a la educación. Como educadora, reafirmo la gran oportunidad que tenemos de formar seres humanos sensibles a su entorno, empáticos con el ambiente y solidarios con su prójimo desde la edad temprana. Durante esa etapa de educación inicial, comenzamos a sembrar en los niños la conciencia sobre el cuidado del planeta, que es la casa de todos. A través de la música, los juegos, las manualidades y otras experiencias divertidas, los exponemos a conocer la diversidad cultural y su riqueza, así como la buena convivencia con los animales y la naturaleza en general. También podemos introducirlos en prácticas para reducir los desperdicios sólidos que afectan el medio ambiente.

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¿Cuál es su visión de lo que debería ser la educación en etapa inicial de toda persona?

Me parece que un valor fundamental en la educación inicial es que cada niño sea respetado por quien es. De esa manera, se siente feliz, seguro y capaz de desarrollarse a su ritmo y según sus competencias y talentos. Además, estoy convencida de que la música debe ser parte integral de la vida de un preescolar. Incluir la música en los procesos de aprendizaje es, además de reparador y divertido, muy favorable para el desarrollo verbal, motriz y cognitivo, así como para la creatividad y la expresión de sus emociones. La formación del niño es más completa cuando se integran las experiencias musicales en todas sus actividades. 

 

¿En qué momento entiende que la música es una herramienta para la educación? ¿Cómo fueron esos inicios?

Nací y crecí en un entorno familiar muy vinculado a la música. Todos los hermanos de mi abuela tocaban algún instrumento. Tengo fotos tocando un xilófono con solo 3 años. Cuando era adolescente, mi padre, amante de la música y las humanidades, me llevaba a escuchar conciertos de música clásica en Santo Domingo. Además, desde muy joven tomé clases de piano, así que mi amor por la música se dio de manera bastante natural. Por eso, cuando comencé a ofrecer clases de piano, comprendí que quería formarme en educación musical y dirigí mis estudios universitarios hacia esos dos campos.

 

¿Cómo surge la idea de diseñar cancioneros ilustrados basados ​​en las canciones infantiles favoritas de todos los tiempos en los países de habla hispana?

Cuando fui a estudiar a Peabody Conservatory de Johns Hopkins University tomé una clase de educación musical basada en el método Kodály, que enfatiza que el aprendizaje musical del niño debe partir de la música tradicional y en su lengua materna. Eso despertó mi curiosidad y comencé a coleccionar canciones infantiles. Después, me certifiqué en ese método. Más tarde, me fui a la Biblioteca Nacional de España para investigar sobre las canciones tradicionales de habla hispana. Cuando fundé I’m Bilingual! en Nueva York, aunque enseñaba siete idiomas, el programa más fuerte fue el de español. En el 2006 decidí hacer una colección de música con las canciones favoritas de los niños. Luego de haber hecho el programa durante 15 años, en el 2016, desarrollé la colección de libros de canciones ilustradas, con materiales adicionales, hojas de actividades, cancioneros y guía para el docente.

 

El ODS 4, habla de educación de calidad, ¿Cuáles considera que son los grandes desafíos para alcanzar una educación de calidad en la etapa inicial en la región?

Creo que el gran desafío es concientizar a todo el mundo, pero en especial a los líderes con poder decisional, sobre las repercusiones que sufre un niño que no tuvo oportunidad de recibir una educación de calidad. Está comprobado que una educación temprana de calidad tiene efectos positivos en la adolescencia, en la adultez, en su desarrollo profesional y, por ende, en la calidad de vida de la persona. El acceso a una buena educación, posibilita su movilidad social y la de su familia. Hay que continuar educando a quienes toman las decisiones para que apoyen programas de educación inicial de calidad y accesibles para la población en general. Es una inversión que revierte en un gran beneficio social. Además, es un derecho de todo niño que los adultos debemos garantizar. 

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Ha sido merecedora de diversos premios, ¿cómo se siente al respecto?

Me siento agradecida y afortunada de haber tenido la oportunidad de vivir en países del Caribe, Europa, Asia y en Estados Unidos. Esas experiencias me ayudaron a tener una perspectiva cultural global y  a plasmarla en mi obra. Veo estos reconocimientos como el fruto del arduo trabajo y compromiso de un talentoso equipo que me acompaña. Por supuesto, cuando otros celebran nuestro trabajo, también nos inspiran a seguir creando herramientas para brindar una educación de calidad a nuestros niños.

 

Tras años en Estados Unidos, usted no se ha desligado de su país natal, la República Dominicana, y creó la Fundación de la Villa de Santo Domingo. Coméntenos de la labor de esta fundación y sus logros.

He tenido la oportunidad de mantenerme vinculada con mi país de muchas maneras. Antes de crear la Fundación en el 2012, pude colaborar con el Ministerio de Educación y la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra en talleres de formación para educadores. Esta es una labor para la que, siempre que haya oportunidad, estaré disponible.

En el proyecto de la Fundación se conjugan el amor a mis raíces y a la música. Nuestra misión es colaborar con la promoción y valorización de la histórica Ciudad Colonial de Santo Domingo, que fue declarada por la UNESCO como patrimonio de la humanidad. Cuando comenzamos el proyecto de la Fundación, la gente no visitaba la Ciudad Colonial porque la percibían como un lugar peligroso. Nuestra contribución fue darle vida ofreciendo conciertos en sus espacios, para atraer a los visitantes, y para que miles de estudiantes y comunidades en situación social desventajada conocieran su historia. Ahora, la gente está acostumbrada a ir a los conciertos y tiene la experiencia de escuchar música representativa de la época colonial en que se edificó la ciudad. Les presentamos instrumentos que son únicos en el país, como el clavecín de doble teclado, la tiorba, el laúd y la guitarra barroca. También la Fundación ofrece formación a los jóvenes para que aprendan estos instrumentos y mantengan vivos estos espacios. Esto ha sido un agente transformador para la Ciudad Colonial.

 

¿Cuál es la huella que quiere dejar con su trabajo?

La música es la base de todo lo que hago, tanto en mi trabajo con maestros en Estados Unidos como en mis actividades en República Dominicana. He comprobado que la música transforma la vida de los seres humanos para bien. Por eso, considero que mi misión es acercar a los educadores al mundo musical y a la diversidad de culturas que caben en él, para que tengan las mejores herramientas posibles para acompañar a los niños a descubrirlo y amarlo. Disfruto atravesar con maestros, estudiantes y familias esa puerta por la que salen al encuentro de la historia y la música que han enriquecido nuestras culturas hispanas; y hacerlo de una manera divertida y atractiva para ellos y para los niños me produce una gran satisfacción. ¡Es un gran privilegio y espero que me recuerden por este trabajo que hago con amor, pasión, disciplina y guiada por los más altos estándares!