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La energía y el ambiente, factores claves en la competitividad global

En todos los ámbitos de nuestra vida estamos cada vez más inmersos en un entorno globalizado que disminuye las distancias, y las barreras, de forma progresiva, a un paso acelerado. Y los negocios no escapan a esta realidad. Al contrario, en un contexto de globalización ya no sólo compites contra empresas locales o regionales, sino con algunas inclusive a medio planeta de distancia.

Lo anterior supone un gran número de oportunidades, que de aprovecharse pueden conllevar beneficios inconmensurables para las compañías, pero requieren de un fuerte trabajo organizacional para producir una mayor cantidad de bienes y servicios, con una mejor calidad, y a menores costos. Para tener éxito en este ámbito, ya no basta con ser líderes de un mercado pequeño, hay que manejar procesos estandarizados bajo patrones internacionales, disminuir progresivamente el impacto medioambiental, y los costos relacionados a los consumos de insumos: materias primas, fuentes de energía, y empaques.

En este artículo se enfocará el incremento en la competitividad mediante el control de los costos relacionados al consumo de energía, y la minimización de los impactos ambientales de las operaciones corporativas.

¿Cómo ser competitivos con altos precios energéticos?

Paradójicamente, en los países con mayores costos energéticos es donde se presentan los mayores niveles de competitividad corporativa, porque para poder sobrevivir las organizaciones se mantienen en una constante búsqueda por minimizar el gasto energético a lo indispensable, pero sin afectar la producción o la calidad del producto, lo que se traduce en el concepto de la eficiencia energética.

En la República Dominicana, con los costos energéticos más elevados del continente, no se puede apreciar ese gasto como una especie de “impuesto por trabajar aquí” sino como una oportunidad inigualable para mejorar. Al seguir las metodologías esbozadas por las principales normas internacionales en la materia, como los sistemas de gestión de energía (ISO 50001:2011); auditorías energéticas (ISO 50002:2014); e Indicadores energéticos (ISO 50006:2014), se puede recuperar la inversión realizada en un período muy rápido.

Lamentablemente, existen muchos “expertos en eficiencia” que ofrecen una salida rápida para alcanzar el ahorro de energía deseado. El problema con ellos, es que sólo se proponen opciones de reemplazo tecnológico de alto costo inicial, siendo muchas veces sobreestimados los ahorros alcanzables para resaltar el beneficio de los compradores, con fuertes pérdidas para el cliente una vez ejecutados. Lo interesante es que esto no sucede sólo en RD, también en países como Estados Unidos. Consejo: emplee empresas reconocidas en la materia y pregúntele al especialista bajo qué norma fundamenta las propuestas realizadas.

¿Mi empresa contamina?

Todas las operaciones económicas, sin importar el tamaño, generan un impacto al medioambiente, y a pesar que a simple vista parece ser más económico contaminar que gestionar responsablemente los residuos, y desechos, está demostrado que aquellas empresas que controlan sus procesos poseen mayores niveles de rentabilidad que las que no.

Existen un número significativo de razones, algunas cuantitativas y otras cualitativas, por las cuales minimizar el impacto ambiental corporativo promueve el incremento en la competitividad organizacional. La que se enfoca netamente al término monetario es la siguiente: si no se conoce y controla la composición de los residuos de la operación, no se puede saber si estos son utilizables por otro proceso, como materia prima. En vez de pagar por la disposición -que es un gasto-, se pueden recibir ingresos adicionales.

En conclusión, la energía y el ambiente son los factores claves a atender para incrementar la competitividad corporativa en un entorno globalizado, ya que son éstas las que se basan explícitamente en el control de los costos e impactos operacionales, especialmente en países de altos precios energéticos como la República Dominicana. En el mundo, las empresas enfocadas en la disminución progresiva de sus efectos medioambientales cuentan con un staff muy comprometido y alineado con los objetivos corporativos, traduciéndose esto en organizaciones altamente lucrativas.

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