Reserva Federal FED mantuvo sin cambios las tasas de interés

Por primera vez en casi dos años de subidas consecutivas, la Reserva Federal mantuvo sin cambios las tasas de interés a corto plazo este miércoles, en lo que muchos consideran una señal de que la ronda de alzas para controlar la inflación puede estar llegando a su fin.

Tras una reunión de dos días consecutivos, la Fed no subió las tasas de interés (actualmente en 5.4%) en parte porque la economía se ha comportado en la dirección que el banco central anticipaba. La inflación ha caído levemente, aunque la contratación, el gasto de los consumidores y el crecimiento económico se han mantenido fuertes.

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Estas condiciones han hecho que no se haya materializado una temida y pronosticada recesión. Sin embargo, el ritmo al que se desacelera la inflación se ha ralentizado, y un crecimiento económico sólido podría mantener la inflación elevada o incluso dispararla más.

Eso significa que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, y otros funcionarios aún no descartan nuevas subidas de las tasas de interés.

Powell destacó este miércoles en una conferencia de prensa el progreso que ha hecho el banco central. Pero insistió en que la inflación sigue siendo demasiado alta y que podrían ser necesarias futuras subidas de las tasas. La Fed aspira a frenar la inflación hasta llevarla al 2%.

"Estamos enfocados en lograr llevar la inflación a la meta del 2% sostenido”, reiteró Powell. "Nuestra posición en política monetaria está reduciendo la inflación y queremos mantener los objetivos para seguir haciéndolo”.

Además, el presidente de la Fed indicó que "la economía ha mostrado una fortaleza sorprendente" y que su trabajo es conseguir el máximo de "empleos y estabilidad" para los estadounidenses. "Estamos actuando en consecuencia de ello”.

Desde marzo de 2022, la Reserva Federal ha subido sus tasas de interés de casi cero a aproximadamente el 5.4%, en un esfuerzo por controlar la inflación, que alcanzó un máximo de cuatro décadas en 2022, cuando la economía comenzó a recuperarse de la pandemia.

Debido a ello, los costes de las hipotecas, los préstamos para automóviles y las deudas de tarjetas de crédito se han disparado.

Por un lado, el crecimiento económico de Estados Unidos se disparó en el trimestre de julio-septiembre gracias al fuerte gasto de los consumidores y la contratación se disparó en septiembre, manteniendo la tasa de desempleo cerca de mínimos en cinco décadas.

Por otro lado, las turbulencias de los mercados financieros han disparado los tipos de interés a largo plazo de los bonos del Tesoro, también provocaron la baja de las cotizaciones bursátiles y elevaron los costes de endeudamiento de las empresas.

Varios responsables de la política monetaria de la Fed creen que estas tendencias pueden contribuir a una desaceleración económica —y, de paso, aliviar las presiones inflacionistas— sin necesidad de nuevas alzas delos tipos de interés.

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Los economistas de los bancos de Wall Street han estimado que las fuertes pérdidas del mercado bursátil y el aumento de los rendimientos de los bonos en los últimos meses tendrán un efecto adverso sobre la economía, equivalente al impacto de tres o cuatro subidas de un cuarto de punto a las tasas de la Fed.

“Es claramente un endurecimiento de las condiciones financieras”, dijo Powell en octubre. “Eso es exactamente lo que intentamos conseguir”.

Aunque la Fed ha elevado las tasas de referencia a máximos en los últimos 22 años, no ha impuesto ninguna subida desde julio. Aun así, el tipo de interés de los bonos del Tesoro a una década ha seguido a la alza, hasta rozar el 5% la semana pasada, un nivel que no había alcanzado en 16 años. El aumento de los rendimientos del Tesoro ha provocado que las tasas promedio de las hipotecas fijas a 30 años alcance casi el 8%.