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Plataforma de información territorial de desarrollo humano: PNUD Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) lanzó hoy la Plataforma Territorial de Desarrollo Humano República Dominicana, la cual ofrece al país un conjunto de territorial para apoyar la formulación de los planes provinciales y municipales de desarrollo de la mano de los gobiernos locales.

Esta herramienta, permite consultar y dar seguimiento datos sobre su desarrollo humano a lo largo de un período de 13 años (2010-2022).

La plataforma constituye el primer hub de información multidimensional que integra una serie de datos, métricas y una narrativa que muestra las asimetrías en desarrollo humano a nivel de los territorios a lo largo de 13 años, con el fin de orientar la política pública para lograr una mejor focalización de la inversión y el gasto público, sirviendo como insumo estratégico para la planificación y el diseño de políticas públicas centrada en las personas de los territorios.

Asimismo, constituye una fuente de datos para investigaciones académicas, evaluación de políticas públicas y análisis socioeconómico a las actualizaciones del Índice de Desarrollo Humano (IDH) con una serie de tiempo anual para un periodo del 2010 hasta el 2022.

 Además, integra una biblioteca virtual con las principales publicaciones del PNUD que abarca los prmeros Informes de Desarrollo Humano de la República Dominicana, investigaciones, notas de política, informes con datos e indicadores sobre problemáticas sociales, entre otros.

Además, esta nueva plataforma incluye los principales resultados de otras métricas desarrolladas por el gobierno con el acompañamiento del PNUD, como el Índice de Pobreza Multidimensional y el Índice de Vulnerabilidad ante Choques Climáticos

El PNUD invita a toda la ciudadanía a consultar esta plataforma a través de la web PNUD – Mapa (undp.org).

PERDIDAS EN EL POTENCIAL DE DESARROLLO HUMANO DEBIDO A LAS DESIGUALDADES

Es importante destacar que, desde 1990, año en que se inició el primer informe, Republica Dominicana ha mostrado un progreso constante en diversas dimensiones evaluadas, como educación, salud e ingresos.

Es uno de los países que mantiene un nivel de desarrollo humano alto. Sin embargo, más allá de los promedios persisten desigualdades estructurales que limitan una mejora significativa en la calidad de vida para todos y todas los (as) ciudadanos (as).

Los datos contenidos en la plataforma indican que en un periodo de siete años la República Dominicana ha perdido alrededor de un 22% de su potencial de desarrollo humano debido a las brechas de desigualdad territoriales en el acceso a servicios sociales básicos en salud, educación y de generación de ingresos. 

Cuando se descompone el Índice de Desarrollo Humano para la dimensión Educación exhibió la mayor pérdida con 27.6%. En el caso de las dimensiones de Salud e Ingreso las pérdidas fueron de 16.1% y 21.6%, respectivamente.

El análisis de la Plataforma Territorial de Desarrollo Humano muestra ritmos diferenciados de evolución en el aumento del Índice de Desarrollo Humano (IDH) en los territorios, lo que refleja que el crecimiento económico del país no ha beneficiado a todas las personas en las 10 regiones geográficas estudiadas.

Durante el evento, Inka Mattila, Representante Residente del PNUD en República Dominicana explicó que el desarrollo de los países no es más que el desarrollo de las personas.

“Medir el desarrollo humano a través de indicadores de salud, educación e ingreso, pone a las personas en el centro del desarrollo, reconociendo que el bienestar va más allá de la posesión de recursos económicos y que el desarrollo humano se asocia con la creación de un entorno en el que las personas puedan desarrollar su máximo potencial mediante la ampliación de sus capacidades y oportunidades.

Por ello, desde la oficina del PNUD en República Dominicana y en el marco de nuestro 50 aniversario trabajamos para actualizar, desagregar y poner al alcance de todos (as), esta información para la generación de políticas públicas basadas en evidencia con mirada desde los territorios”, indicó.

Agregó que durante las últimas décadas el país ha concretado importantes avances en expandir oportunidades de desarrollo lo que es refrendado por los resultados del Índice de Desarrollo Humano Territorial. “La efectividad lograda en el país en reducir la pobreza monetaria ha sido fundamental para expandir las oportunidades de desarrollo humano, sin embargo, los avances se ven limitados por la “normalización de las desigualdades”, en especial las de género y exclusiones de las poblaciones vulnerables”, explicó.

Como parte del lanzamiento se desarrolló un panel con la participación de Pavel Isa Contreras, Ministro de Economía Planificación y Desarrollo (MEPyD) y Rita Sciarra, Jefa del equipo de crecimiento inclusivo del Hub Regional de PNUD con la moderación del economista Rolando Guzmán.

El Índice de Desarrollo Humano (IDHr) evalúa las dimensiones de salud, educación e ingreso en las 10 regiones de planificación y tres macro regiones de la República Dominicana. La salud se evalúa mediante la tasa de sobrevivencia infantil, cobertura de salud y recursos médicos.

La educación se mide por tasas de culminación y cobertura educativa, y el nivel de vida por el ingreso familiar promedio. El IDH ajustado por desigualdad (IDH-A) es el nivel real de desarrollo humano (considerando su desigualdad), mientras que el IDH puede considerarse como un índice de desarrollo humano “potencial” (o el nivel máximo del IDH-A) que podría lograrse de no haber desigualdad.

MAPA DE DESARROLLO HUMANO: COMPORTAMIENTO DE IDH EN LAS 10 REGIONES DE PLANIFICACIÓN

Al profundizar en la distribución territorial del IDH se evidencia un mayor nivel de desarrollo humano en la región Ozama (Distrito Nacional y Santo Domingo), única región de desarrollo humano alto.

El siguiente nivel de desarrollo lo ocupan las regiones de desarrollo humano medio alto: Higuamo (San Pedro de Macorís, Monte Plata, Hato Mayor), Cibao Nordeste (Duarte, María Trinidad Sánchez, Hermanas Mirabal, Samaná) y Cibao Sur (La Vega, Monseñor Nouel, Sánchez Ramírez) comparten esta categoría y exhiben progresos importantes en sus indicadores de desarrollo durante el periodo 2010-2022.

En contraste, dos regiones comparten la categoría de desarrollo humano medio bajo: Cibao Norte (Espaillat, Puerto Plata, Santiago) y Valdesia (Azua, Peravia, San Cristóbal, San José de Ocoa) registran un nivel de avance inferior a las regiones anteriormente mencionadas, porque, aunque han logrado importantes progresos en algunos indicadores, persisten brechas estructurales de acceso a servicios sociales para el ejercicio de derechos que limitan su potencial de crecer en las dimensiones del IDH.

Finalmente, cuatro regiones comparten la categoría de mayor rezago o desarrollo humano bajo. Estas son: Cibao Noroeste (Dajabón, Montecristi, Santiago Rodríguez, Valverde), El Valle (Elías Piña, San Juan), Enriquillo (Bahoruco, Barahona, Independencia, Pedernales) y Yuma (El Seibo, La Altagracia, La Romana). Cabe resaltar que todas las provincias fronterizas pertenecen a estas regiones, evidencia de que enfrentan desafíos importantes en lograr la universalidad de acceso a servicios de educación y salud, además de oportunidades de trabajo decente para alcanzar niveles de ingresos dignos.

Las diferencias en la categorización de las regiones por su desarrollo humano y privaciones se deben a factores como las brechas en la calidad de los servicios sociales, la distribución desigual de la inversión pública, mercados laborales segmentados y exclusiones sociales como la violencia de género y la discriminación. Estos factores, objeto de transformación mediante políticas públicas a medio plazo, son fundamentales para lograr un desarrollo humano inclusivo y sostenible a largo plazo.

La presentación de los datos estuvo a cargo de los economistas Socrates Barinas, Melissa Bretón y Julio Díaz del PNUD.  Barinas precisó que para entender las complejidades del desarrollo humano se requiere una mirada más allá de lo global y nacional, centrado en los territorios. “En el país, existen desigualdades entre las regiones del país, que persisten en el tiempo y que requieren de información desagregada para analizarla y desarrollar políticas públicas basadas en evidencia y en las realidades que enfrentan las personas en los territorios”, dijo.

En resumen, las regiones donde existen mayores privaciones tienen mayores oportunidades para acelerar los logros, por ejemplo, la región El Valle (Azua, Elías Piña y San Juan) exhibe la mayor tasa de crecimiento promedio del IDH durante el periodo 2010-2022 con 37.4%; sin embargo, pertenece al grupo de desarrollo humano bajo y el valor de su IDH es el tercer más bajo del país.

 En lo que respecta a la dimensión de salud, la región El valle presentó el peor desempeño en dicho Índice, con un crecimiento promedio anual de apenas 0.4%. De manera opuesta, Valdesia (Azua, Peravia, San Cristóbal y San José de Ocoa) exhibió el mayor crecimiento anual durante el periodo (2.2%) en dicha dimensión.

En cuanto a la evolución del índice de educación, la región El Valle creció anualmente 5.2%, cifra tope a nivel nacional. Sin embargo, esta región permanece siendo una de las dos más rezagadas en materia educativa al ocupar la penúltima posición entre las 10 regiones de planificación del país, solo superada por Enriquillo. En referencia a la dimensión de nivel de vida y generación de ingresos, el 45.6% del ingreso se concentra en el quintil más rico, en tanto que el más pobre solo percibe el 6.1%.

POLÍTICAS PÚBLICAS PARA EL DESARROLLO DE LOS TERRIOTRIOS

Para reducir las brechas que impiden el desarrollo, el PNUD identificó 5 medidas catalizadoras:

Diseñar políticas públicas que incidan en una mayor capacidad redistributiva para generar crecimiento económico inclusivo, tales como reformas en los mercados laborales con sistemas de incentivos para la productividad, especialmente en la zona fronteriza, promoviendo la inclusión de las personas en condición de pobreza.

En temas de igualdad de género, potenciar políticas género-transformadoras y diferenciadas con enfoque en las mujeres en toda su interseccionalidad, así como profundizar a nivel de cada territorio sobre las normas sociales que promueven la desigualdad y aumentan la discriminación causando mayores niveles de violencia de género, embarazos en adolescentes, y limitando la redistribución de las tareas del cuidado y la oportunidad de las mujeres a su inserción en los mercados laborales.

Establecer acciones públicas que generen resiliencia frente a eventos climatológicos expandiendo la gestión preventiva y reducción del costo de los desastres a través de iniciativas de fomento a medios de vida sostenibles y una mejor adaptación al cambio climático.

Promover la generación, uso y actualización constante de estadísticas desagregadas a nivel territorial, que permitan evidenciar brechas e informar políticas públicas que generen mayores niveles de bienestar, con mecanismos de seguimiento sobre su evolución.

Potenciar los espacios locales para promover el empoderamiento y la agencia de las personas y de los gobiernos en los territorios para reducir las brechas y las desigualdades.

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