Historia exitosa de una madre mexicana
Cuando el amor, la rectitud y la convicción guían a una madre inmigrante, sus hijos alcanzan el éxito. Esta es la historia de una madre soltera que, con un trabajo humilde pero esforzado, crió y educó a su exitoso hijo.
Rosario Rodríguez nació en Izúcar de Matamoros, al sur de Puebla. Llegó a Estados Unidos en 1996 y se ubicó en Bushwick, donde mantiene su emprendimiento vendiendo souvenirs y objetos artesanales de diferentes países en la calle Wyckoff. Lo de negociante lo heredó de su padre, por eso dice con alegría y orgullo, que nació negociante.
Es madre soltera de un solo hijo, Osiris, que nació en Estados Unidos y al que educó con mucho esfuerzo. Osiris se graduó de ingeniero químico bio-molecular de la prestigiosa Universidad Johns Hopkins, además es políglota y habla adicionalmente de su natal inglés, perfecto español, portugués, chino y está aprendiendo árabe.
Rosario, quien actualmente reside con su hijo en Queens, continúa educándose para emprender en otros campos, le gusta mucho los bienes raíces y las ve como una empresa segura en el futuro. Ella no se ve haciendo otra cosa que no sea negocios, no le gusta trabajar para otro.
¿Te sientes realizada como madre?
Si, me siento realizada como madre, porque independientemente de que mi hijo sea un profesional graduado de ingeniero, que continúa capacitándose y se que continuará haciendo otras cosas que le gustan y que están pendientes otros sueños que tienen, para mí lo más importante es que es él un gran ser humano, -lo digo no porque sea mi hijo-, él tiene principios morales y siente temor de Dios.
En este momento a veces siento que él no encaja en la sociedad, con el tipo de muchachos que existen ahora, él nunca ha estado en drogas, nunca me causó problemas y más bien me da muchos consejos a mí.
¿Cuál es el consejo más importante que le has legado a tu hijo?
Mi legado para mi hijo es la enseñanza de que todo lo que él sueñe puede lograrlo, pero que nunca pierda la humildad.
¿Cuál crees que es la principal diferencia entre una madre latina y una madre estadounidense aquí?
Entre una madre latina y una estadounidense la diferencia es el idioma, el estatus migratorio y los recursos, pero yo decidí que aun siendo latina, inmigrante y con pocos recursos, decidí que -aun cuando me ofrecían el cuidado de mi hijo-, decidí que no tuviera una nana, decidí yo misma criar y educar a mi hijo, y desde que tenía tres años, él leía y sabía las tablas de multiplicar de dos dígitos, sumar, dividir y restar.
Yo trabajaba medio tiempo en limpieza de casas y medio tiempo vendiendo mis mercaderías, pero eso fue solo el tiempo que mi hijo podía estar en el estar estudiando, cuando ya obligatoriamente debía ir a la escuela, trabajaba medio tiempo y medio tiempo hacia mis ventas con el de la mano.
Si pudieras retroceder en el tiempo, ¿volverías a emigrar?
Sí volvería a emigrar, porque para mí el regalo más grande que he tenido en este país ha sido mi hijo y ver muchos sueños realizados a través de él, sin embargo, todavía pienso alcanzar los míos propios, ya que él ya alcanzó el suyo.
Rosario y Osiris
Rosario con su hijo Osiris cuando era niño, viajando en el tren de Nueva York, ciudad donde ha trabajado como comerciante de souvenirs y artesanías desde que emigró de México. Con ese trabajo de vendedora ambulante le dio la mejor educación, no solo académica, además moral y espiritual.
Un mensaje final.
-A las madres les podría decir que, primeramente, que pidan a Dios que proteja y ayude a sus hijos y que les dirija por un buen camino, pero también que mantengan una buena relación con ellos. Que el mejor regalo que les pueden hacer no son los juguetes o los teléfonos caros, si no un buen libro, porque eso les va a servir para toda la vida.
No escatimen en gastos cuando los hijos necesiten una tutoría porque no entiendan una materia, busquen un tutor, en alguna escuela siempre ofrecen tutoría gratis o con un compañero o paguen un profesional, porque todos esos esfuerzos ayudan a que sean exitosos.