Llama la atención que el estudio indica como clave para el fomento de la IED aspectos como el tipo de cambio, el tamaño del mercado, los acuerdos comerciales, la mano de obra, los impuestos y el desarrollo institucional.
El estudio concluye que el efecto multiplicador de la IED siempre será más positivo para República Dominicana si se hace posible una reinversión de las utilidades obtenidas.
Insert: ¿Qué es?
La inversión extranjera directa es definida como la inversión que realizan personas naturales o jurídicas no residentes en un país con el fin de tener una participación permanente en los activos de la economía beneficiada.
Incentivos a la inversión extranjera
En República Dominicana existe un conjunto de áreas en los que la inversión es favorecida con incentivos. Son áreas en que, generalmente, la inversión extranjera está muy presente (aunque no exclusivamente). Entre esas áreas se encuentran:
A estas áreas súmese la Ley 57-07 sobre Incentivo al Desarrollo de Fuentes Renovables de Energía, que concede varias exenciones fiscales, incentivos a la inversión en la industria del cine (Ley 257-10), entre otras.
En términos generales, para la Asociación de Industrias de la República Dominicana la política de fomento de la inversión extranjera está llamada a priorizar aquellas inversiones provenientes de otros países que asuman como parte de su quehacer el encadenamiento con la producción local. Además, que no fomenten la instalación de empresas –nacionales o extranjeras- en desigualdad de condiciones tributarias con la industria local, para competir por el mercado local (como es el caso de la Ley 28-10).
La AIRD considera que las políticas de promoción de inversión extranjera deben promover el desarrollo local, la innovación, la transferencia de conocimiento, el valor agregado y el ahorro de divisas, a través de los encadenamientos productivos.
La generación de empleos es positiva, pero esto se multiplica cuando además las empresas instaladas –sean de bienes o de servicios- se encadenan con empresas locales. Es decir, hay que favorecer el encadenamiento con suplidores locales, tanto de bienes como de servicios.
No debemos seguir contando con una estructura fiscal y procedimientos administrativos que favorezcan encadenamientos con suplidores extranjeros en lugar de los encadenamientos productivos entre sectores a nivel interno. Para que tengan solo un ejemplo, para vender desde una industria nacional sin ITBIS a una empresa ubicada en un régimen fiscal especial como zona franca u hotel, la industria debe solicitar más de 4 permisos y agotar un proceso que puede durar hasta 60 días, mientras que esa misma empresa de zona franca o ese hotel puede importar ese bien sin ITBIS y arancel en un solo día, con sólo digitar su régimen fiscal en el sistema de aduanas.
Las empresas locales están en condiciones –y podemos mejorar cada día más- de suplir eficientemente y con mayores estándares de calidad a las empresas extranjeras.
La AIRD, por lo tanto, reconoce la importancia de la inversión extranjera directa en diversos sectores de la economía, pero una visión de desarrollo de nación debe condicionar el favorecerlas a que se vinculen al aparato productivo nacional, de modo que se impulse el desarrollo bajo la visión propuesta por la Estrategia Nacional de Desarrollo.